La vendimia 2009 concluye en Rioja con una producción de 412 millones de kilos de uva de alta calidad
Logroño.- El lunes 26 de octubre se vendimiaban en viñas próximas a Haro las últimas uvas de la cosecha 2009, con lo que los Servicios Técnicos del Consejo Regulador daban por finalizada una de las vendimias más tempranas de la historia reciente de Rioja que, como es tradicional, se ha prolongado durante dos meses, pues comenzaba en la localidad de Aldeanueva de Ebro el 27 de agosto.
Como primer balance de esta recién finalizada vendimia 2009, cuya producción ha sido de 412,3 millones de kilos de uva, puede afirmarse que ha sido una vendimia con resultados muy satisfactorios, tanto cuantitativa como cualitativamente, que permitirá a las bodegas de Rioja ofrecer al mercado vinos de la más alta calidad.
El adelanto en la evolución del ciclo en torno a 10 días respecto a años anteriores ya se detectó desde la época de la floración, entre mayo y junio. Un verano excesivamente caluroso, con valores máximos de 35º-37º C, provocó que la madurez alcohólica fuera más rápida que lo habitual, pero sin que la madurez fenólica siguiera inicialmente el mismo ritmo. Aunque hasta entonces las precipitaciones habían sido importantes, también ha destacado este año la escasa pluviometría de los meses de verano, que provocó merma de las expectativas productivas, a pesar de que la mayor parte del viñedo riojano soportó bien la falta de lluvia, salvo en los viñedos situados en zonas áridas y cascajosas.
Sin embargo, las lluvias caídas a mediados de septiembre (días 16-18), cuando apenas se había vendimiado un 5% de la cosecha, fundamentalmente de variedades blancas de la zona más oriental de la Denominación, no solo contribuyeron a solucionar los problemas de estrés hídrico de algunos viñedos y a recuperar las expectativas productivas, sino que fueron decisivas para la calidad final de la cosecha, ya que permitieron equilibrar la madurez alcohólica y la madurez fenólica de la uva.
Puede afirmarse que estas lluvias marcaron un punto de inflexión decisivo para la obtención de una cosecha de alta calidad, ya que a partir de esa fecha la climatología fue muy favorable hasta el final de la vendimia, con tiempo seco y soleado, lo que permitió alcanzar a la uva el punto óptimo de madurez con un magnífico estado sanitario.
El volumen final de cosecha en esta campaña de 2009 ha sido de 412,3 millones de kilogramos de uva, que han sido elaborados en un total de 657 bodegas (331 criadores, 38 cooperativas, 47 almacenistas y 241 cosecheros). La producción ha sido igual a la de 2007 y algo superior a la del pasado año, ya que la brotación alcanzó el 100%, los índices de fertilidad fueron los normales en Rioja y el cuajado fue muy satisfactorio, dejando todo ello las expectativas productivas altas y haciendo necesaria la vendimia en verde, como así se hizo en muchas parcelas de la Denominación a fin de contener los rendimientos a los límites establecidos por el Reglamento.
· Total viñedo productivo en la cosecha 2009: 60.445 Hs.
· Producción elaborada de la cosecha 2009: 412,30 millones de kgs.
· Producción amparada cosecha 2009: 397,42 millones de kgs.
· Stock cualitativo: 5,15 millones de kgs.
La evolución general del viñedo a lo largo del ciclo vegetativo de esta cosecha ha sido buena, tanto desde el punto de vista vegetativo como sanitario, destacando como incidencias climatológicas más reseñables las precipitaciones elevadas durante la parada vegetativa (de noviembre a febrero), la tormenta de granizo del 24 de mayo con graves daños en unas 1.700 Has. de Rioja Baja y el fuerte calor y sequía del verano.
Durante la vendimia destacan las lluvias de los días 16-18 de septiembre en toda la Denominación, que ralentizan la maduración y propician el equilibrio alcohólico y fenólico de la uva, favorecido por el tiempo seco y soleado que acompaña toda la vendimia. La práctica ausencia de plagas y enfermedades ha propiciado un magnífico estado sanitario del viñedo hasta el final de la vendimia, lo que ha incidido muy favorablemente en la calidad del fruto.
Una de las medidas más significativas del Reglamento de la Denominación es la limitación de los rendimientos máximos de producción con el objetivo de "garantizar la optimización de la calidad". Este rendimiento máximo amparable es de 6.500 kilogramos por hectárea para variedades tintas y de 9.500 kilogramos por hectárea para variedades blancas, cantidades muy inferiores a las habituales en otras zonas vinícolas del mundo.
Esta autorregulación voluntariamente aceptada por el sector vitivinícola riojano a través de sus representantes en el Consejo Regulador es una buena muestra del nivel de autoexigencia existente en esta Denominación a la hora de imponer límites a la producción en favor de la calidad de los vinos.
El Consejo Regulador controla el pesaje de todas las uvas producidas en la D.O. Calificada Rioja mediante más de 180 “auxiliares de vendimia” que verifican así mismo la graduación alcohólica y calidad de dichas uvas en cada una de las básculas ubicadas en las bodegas de elaboración. La tarjeta de viticultor magnética, documento que acredita a cada uno de los 19.000 titulares de viñedo existentes en la Denominación la superficie de viñedo que posee y producción máxima que se le autoriza, permite mediante un terminal conectado al Consejo gestionar el proceso de entrega de uva en las bodegas y disponer de una información continua e inmediata de la producción y rendimientos de cada viticultor y de la elaboración de cada bodega. Estas actuaciones del Consejo durante la vendimia son claves dentro del sistema de garantías de calidad y origen de los vinos que la D.O. Calificada Rioja ofrece a los consumidores.
Logroño.- El lunes 26 de octubre se vendimiaban en viñas próximas a Haro las últimas uvas de la cosecha 2009, con lo que los Servicios Técnicos del Consejo Regulador daban por finalizada una de las vendimias más tempranas de la historia reciente de Rioja que, como es tradicional, se ha prolongado durante dos meses, pues comenzaba en la localidad de Aldeanueva de Ebro el 27 de agosto.
Como primer balance de esta recién finalizada vendimia 2009, cuya producción ha sido de 412,3 millones de kilos de uva, puede afirmarse que ha sido una vendimia con resultados muy satisfactorios, tanto cuantitativa como cualitativamente, que permitirá a las bodegas de Rioja ofrecer al mercado vinos de la más alta calidad.
El adelanto en la evolución del ciclo en torno a 10 días respecto a años anteriores ya se detectó desde la época de la floración, entre mayo y junio. Un verano excesivamente caluroso, con valores máximos de 35º-37º C, provocó que la madurez alcohólica fuera más rápida que lo habitual, pero sin que la madurez fenólica siguiera inicialmente el mismo ritmo. Aunque hasta entonces las precipitaciones habían sido importantes, también ha destacado este año la escasa pluviometría de los meses de verano, que provocó merma de las expectativas productivas, a pesar de que la mayor parte del viñedo riojano soportó bien la falta de lluvia, salvo en los viñedos situados en zonas áridas y cascajosas.
Sin embargo, las lluvias caídas a mediados de septiembre (días 16-18), cuando apenas se había vendimiado un 5% de la cosecha, fundamentalmente de variedades blancas de la zona más oriental de la Denominación, no solo contribuyeron a solucionar los problemas de estrés hídrico de algunos viñedos y a recuperar las expectativas productivas, sino que fueron decisivas para la calidad final de la cosecha, ya que permitieron equilibrar la madurez alcohólica y la madurez fenólica de la uva.
Puede afirmarse que estas lluvias marcaron un punto de inflexión decisivo para la obtención de una cosecha de alta calidad, ya que a partir de esa fecha la climatología fue muy favorable hasta el final de la vendimia, con tiempo seco y soleado, lo que permitió alcanzar a la uva el punto óptimo de madurez con un magnífico estado sanitario.
El volumen final de cosecha en esta campaña de 2009 ha sido de 412,3 millones de kilogramos de uva, que han sido elaborados en un total de 657 bodegas (331 criadores, 38 cooperativas, 47 almacenistas y 241 cosecheros). La producción ha sido igual a la de 2007 y algo superior a la del pasado año, ya que la brotación alcanzó el 100%, los índices de fertilidad fueron los normales en Rioja y el cuajado fue muy satisfactorio, dejando todo ello las expectativas productivas altas y haciendo necesaria la vendimia en verde, como así se hizo en muchas parcelas de la Denominación a fin de contener los rendimientos a los límites establecidos por el Reglamento.
· Total viñedo productivo en la cosecha 2009: 60.445 Hs.
· Producción elaborada de la cosecha 2009: 412,30 millones de kgs.
· Producción amparada cosecha 2009: 397,42 millones de kgs.
· Stock cualitativo: 5,15 millones de kgs.
La evolución general del viñedo a lo largo del ciclo vegetativo de esta cosecha ha sido buena, tanto desde el punto de vista vegetativo como sanitario, destacando como incidencias climatológicas más reseñables las precipitaciones elevadas durante la parada vegetativa (de noviembre a febrero), la tormenta de granizo del 24 de mayo con graves daños en unas 1.700 Has. de Rioja Baja y el fuerte calor y sequía del verano.
Durante la vendimia destacan las lluvias de los días 16-18 de septiembre en toda la Denominación, que ralentizan la maduración y propician el equilibrio alcohólico y fenólico de la uva, favorecido por el tiempo seco y soleado que acompaña toda la vendimia. La práctica ausencia de plagas y enfermedades ha propiciado un magnífico estado sanitario del viñedo hasta el final de la vendimia, lo que ha incidido muy favorablemente en la calidad del fruto.
Una de las medidas más significativas del Reglamento de la Denominación es la limitación de los rendimientos máximos de producción con el objetivo de "garantizar la optimización de la calidad". Este rendimiento máximo amparable es de 6.500 kilogramos por hectárea para variedades tintas y de 9.500 kilogramos por hectárea para variedades blancas, cantidades muy inferiores a las habituales en otras zonas vinícolas del mundo.
Esta autorregulación voluntariamente aceptada por el sector vitivinícola riojano a través de sus representantes en el Consejo Regulador es una buena muestra del nivel de autoexigencia existente en esta Denominación a la hora de imponer límites a la producción en favor de la calidad de los vinos.
El Consejo Regulador controla el pesaje de todas las uvas producidas en la D.O. Calificada Rioja mediante más de 180 “auxiliares de vendimia” que verifican así mismo la graduación alcohólica y calidad de dichas uvas en cada una de las básculas ubicadas en las bodegas de elaboración. La tarjeta de viticultor magnética, documento que acredita a cada uno de los 19.000 titulares de viñedo existentes en la Denominación la superficie de viñedo que posee y producción máxima que se le autoriza, permite mediante un terminal conectado al Consejo gestionar el proceso de entrega de uva en las bodegas y disponer de una información continua e inmediata de la producción y rendimientos de cada viticultor y de la elaboración de cada bodega. Estas actuaciones del Consejo durante la vendimia son claves dentro del sistema de garantías de calidad y origen de los vinos que la D.O. Calificada Rioja ofrece a los consumidores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario