Amigos da Vía da Prata descubren en A Bandeira un monolito dedicado al párroco por su recuperación del Camino Mozárabe
Silleda.- El médico y humanista Manuel Reimóndez Portela, tras oír hablar de la inexistencia del Camino de Santiago en la zona, se puso en contacto con el párroco de A Bandeira, José Espiño Mato, para recuperar una ruta jacobea que el padre del primero se encargó de arreglar en el tramo entre Ponte Ulla y O Seixo.
Entre ambos se encargaron de buscar documentos de esta ruta de peregrinos, llegando incluso a realizar mapas a escala del mismo y marcando, con flechas rojas –predecesoras de las actuales amarillas– las sendas que debían seguir, y siguen, los caminantes a Compostela.
En el margen izquierdo de la N-525 luce desde ayer un monolito con la leyenda "Al reverendo José Espiño Mato, por toda su labor a lo largo de su vida en favor del Camino". El megalito, así como la alfombra roja del altar de la iglesia de A Bandeira o el volumen ilustrado del "Apocalipsis" por el fray Luis del monasterio de Oseira, son regalos de la asociación orensana Amigos da Vía da Prata al párroco silledense, que desde hace 59 años, e incluso antes de iniciar su carrera sacerdotal, se vuelca en su faceta de "Valedor" de la ruta peregrina que él prefiere denominar Camino Mozárabe en lugar de Vía da Prata, más adecuado para el tramo entre Mérida y Astorga.
Tras una liturgia oficiada por él mismo y el descubrimiento del dolmen, tanto el párroco como miembros del colectivo y de la corporación silledense se dirigieron al centro cultural Vista Alegre para escuchar, por boca de su párroco, cómo esta ruta jacobea hoy recuperada sirvió hace 200 años para que las tropas francesas intentasen tomar la zona. Este incidente es el eje temático de otro libro de Espiño, "La jurisdicción de Trasdeza planta cara al ejército de Napoléon".
El volumen recoge, curiosamente, la defensa popular de la comarca organizada por los párrocos, a falta de una autoridad monárquica. En la lid murieron 50 vecinos, entre ellos 4 sacerdotes. Por ello, Espiño anunciaba ayer la intención de un sucesor de estos combatientes de colocar otro monolito en recuerdo de dicha batalla en Ponte Ledesma, en un acto organizado de forma conjunta con el ayuntamiento silledense.Pero Espiño guardaba ayer muchas más anécdotas de su tierra de peregrinos, como cuando de niño bebía en la "Fonte do Merci", que acabó llamándose de esta manera porque en ella calmaban su sed muchos caminantes franceses, o cómo un grupo de visitantes de Salamanca pedían en A Bandeira hospedaje para un contingente de asnos y caballos. De cara al próximo Año Xacobeo, para el que quedan apenas dos meses, la nueva alcaldesa, Ofelia Rey, ofreció tanto la disposición del concello como las lecciones del párroco para promocionar este camino religioso.
Silleda.- El médico y humanista Manuel Reimóndez Portela, tras oír hablar de la inexistencia del Camino de Santiago en la zona, se puso en contacto con el párroco de A Bandeira, José Espiño Mato, para recuperar una ruta jacobea que el padre del primero se encargó de arreglar en el tramo entre Ponte Ulla y O Seixo.
Entre ambos se encargaron de buscar documentos de esta ruta de peregrinos, llegando incluso a realizar mapas a escala del mismo y marcando, con flechas rojas –predecesoras de las actuales amarillas– las sendas que debían seguir, y siguen, los caminantes a Compostela.
En el margen izquierdo de la N-525 luce desde ayer un monolito con la leyenda "Al reverendo José Espiño Mato, por toda su labor a lo largo de su vida en favor del Camino". El megalito, así como la alfombra roja del altar de la iglesia de A Bandeira o el volumen ilustrado del "Apocalipsis" por el fray Luis del monasterio de Oseira, son regalos de la asociación orensana Amigos da Vía da Prata al párroco silledense, que desde hace 59 años, e incluso antes de iniciar su carrera sacerdotal, se vuelca en su faceta de "Valedor" de la ruta peregrina que él prefiere denominar Camino Mozárabe en lugar de Vía da Prata, más adecuado para el tramo entre Mérida y Astorga.
Tras una liturgia oficiada por él mismo y el descubrimiento del dolmen, tanto el párroco como miembros del colectivo y de la corporación silledense se dirigieron al centro cultural Vista Alegre para escuchar, por boca de su párroco, cómo esta ruta jacobea hoy recuperada sirvió hace 200 años para que las tropas francesas intentasen tomar la zona. Este incidente es el eje temático de otro libro de Espiño, "La jurisdicción de Trasdeza planta cara al ejército de Napoléon".
El volumen recoge, curiosamente, la defensa popular de la comarca organizada por los párrocos, a falta de una autoridad monárquica. En la lid murieron 50 vecinos, entre ellos 4 sacerdotes. Por ello, Espiño anunciaba ayer la intención de un sucesor de estos combatientes de colocar otro monolito en recuerdo de dicha batalla en Ponte Ledesma, en un acto organizado de forma conjunta con el ayuntamiento silledense.Pero Espiño guardaba ayer muchas más anécdotas de su tierra de peregrinos, como cuando de niño bebía en la "Fonte do Merci", que acabó llamándose de esta manera porque en ella calmaban su sed muchos caminantes franceses, o cómo un grupo de visitantes de Salamanca pedían en A Bandeira hospedaje para un contingente de asnos y caballos. De cara al próximo Año Xacobeo, para el que quedan apenas dos meses, la nueva alcaldesa, Ofelia Rey, ofreció tanto la disposición del concello como las lecciones del párroco para promocionar este camino religioso.
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