viernes, 29 de enero de 2010

Camino Francés

Roncesvalles espera un Jacobeo masivo

Roncesvalles.- Roncesvalles superó el año pasado por primera vez los 50.000
peregrinos a Santiago de Compostela, pero esta cifra parece que se quedará corta en 2010, con motivo del Año Jacobeo. En la Colegiata se preparan para acoger a una multitud.
Es un martes brumoso de enero. A Orreaga-Roncesvalle s han venido cuatro
peregrinos desde Saint Jean de Pied de Port y tal vez llegue alguno más por la tarde en el autobús de Pamplona. En la Colegiata se preparan para acogerlos, tramitar las credenciales y darles alojamiento.
Al día siguiente partirán en cuanto amanezca, o incluso antes. Lo primero que verán a la salida de Roncesvalles es el cartel que marca la distancia a Santiago: 790 kilómetros.
El segundo pueblo menos habitado de Navarra, 26 vecinos según el último censo, es uno de los más visitados, aunque ahora está en temporada baja. El albergue Itzandegia, donde se alojan los peregrinos, cierra hasta marzo y para atender a los que pasen estos días se han dispuesto una decena de literas en la Casa Prioral. Los dos establecimientos hosteleros (La Posada y Casa Sabina) se turnan para coger vacaciones en invierno, de forma que siempre haya uno abierto.
La Oficina de Turismo (la cuarta con más consultas de Navarra, tras Pamplona, Tudela y Olite) está en funcionamiento, aunque durante unos días no ha habido servicio de visitas guiadas. Pero esta tranquilidad cambiará pronto. A primeros de febrero se inaugurará oficialmente el Año Jacobeo con la presencia de los Príncipes de Asturias y los presidentes de las comunidades autónomas del Camino y a partir de marzo se espera una multitud que nadie se atreve a cuantificar. "Hay quien dice que se van a doblar las cifras del año pasado. No sé, yo creo que algún techo habrá. En mi opinión, hay peregrinos que prefieren hacer al Camino el año anterior o el siguiente al Jacobeo, precisamente para evitar aglomeraciones" , señala el prior de la Colegiata, Jesús Idoate.
Efectivamente, el año pasado Roncesvalles batió el récord absoluto de peregrinos, 52.389, seis mil más que en 2008, procedentes de 80 países de los cinco continentes. La cifra ha ido progresivamente en aumento desde 1993, con repuntes en 1999 y 2004, los últimos Años Jacobeos, que son los que se celebran cuando el día de Santiago, el 25 de julio, cae en domingo. El próximo no llegará hasta 2021.
En Roncesvalles no han preparado nada especial. Descartado ya el uso del nuevo albergue que construye el Gobierno de Navarra con capacidad para 194 plazas, ya que las obras no concluirán hasta dentro de un año, habrá que apañarse con lo que hay: las 124 camas del albergue Itzandegia más las 200 que pueden instalarse en el refugio provisional de módulos prefabricados en los meses de mayor afluencia.
"Nuestra preocupación es atender lo mejor posible a todos, tan importantes son los cuatro que han venido hoy como los cientos que pasarán cualquier día de agosto", explica el prior.
De su experiencia en Roncesvalles, Idoate espera que el aumento de peregrinos se note a partir de marzo, unos 100 ó 150 diarios. En junio suelen hacer el Camino los centroeuropeos y en agosto, coincidiendo con las vacaciones, los españoles. "A diario pueden llegar 300, y entonces ya empezamos a tener problemas. El verano pasado hubo un día extraordinario de 600 peregrinos y se tuvo que habilitar el frontón de Burguete para que pudieran dormir", explica.
Como en los últimos años, el albergue Itzandegia estará atendido de marzo a noviembre por hospitaleros holandeses. En Holanda existe una asociación jacobea de miles de miembros y muy activa. "En su día ellos peregrinaron a Santiago y ahora quieren ayudar a otros. 2010 será el noveno año que vengan. Se relevan cada quince días y suelen ser tres o cuatro, según la afluencia de gente", explica Idoate. El campamento que se instala en los meses de verano será atendido por voluntarios scouts de Navarra. El hospedaje cuesta 6 euros, un precio similar al del resto de los albergues de la ruta jacobea. "Con este dinero pagamos los costes de manutención y alojamiento de los hospitaleros, la luz, la calefacción y la limpieza de las instalaciones" , subraya el prior.
Naturalmente, hay peregrinos que prefieren tener mayor privacidad. En Roncesvalles tienen dos hostales privados, Casa Sabina y La Posada, además de los apartamentos de alquiler y el Hotel Roncesvalles que la Colegiata construyó en las antiguas Casas de los Beneficiados y que gestionan los responsables de Casa Sabina. Un estudio del Gobierno de Navarra señala que el gasto mínimo diario de un peregrino ronda los 35 euros, y de ahí hasta los 120 o más. Sin embargo, Jesús Idoate asegura que "la inmensa mayoría de los que pasan por aquí son de 35 euros".
Roncesvalles es el inicio de la ruta para la mayoría de los viajeros que hacen el Camino Francés, aunque algunos empiezan en Saint Jean de Pied de Port y otros vienen desde Le Puy en Velay, en el centro de Francia, otro de los hitos fundamentales del Camino, o desde más lejos. Precisamente la etapa de Saint Jean de Pied de Port a Roncesvalles es una de las más duras, sobre todo en invierno. "La tradición dice que hay que venir por el monte, esto es, subir desde Saint Jean, que está a unos 200 metros de altitud, al collado de Lepoeder, a
1.400, y bajar desde allí a Roncesvalles, a 930. Pero normalmente en Saint Jean de Pied de Port les recomiendan que vayan por Valcarlos porque se han dado incluso muertes de peregrinos en la época invernal", dice Jesús Idoate.
Toda la vida diaria en Roncesvalles gira en torno al Camino. Los peregrinos madrugan porque cuanto antes salgan, antes terminarán la siguiente etapa y más tiempo podrán descansar. Con el buen tiempo comienzan a salir a las seis de la mañana. Cuando se van todos se limpia el albergue. Por la mañana suelen llegar los que hacen el Camino en bici y para las tres de la tarde empiezan a aparecer los que vienen de Francia. Rellenan la ficha, que se utiliza únicamente a efectos estadísticos, y reservan la litera y la cena en los restaurantes, si lo desean. A las siete y cuarto llega el autobús de Pamplona que trae a los que van a iniciar el Camino desde Roncesvalles, otros vienen en coches particulares y algunos utilizan taxis. La misa es a las ocho, luego la cena y a las 10 en punto cierra el albergue. Y así un día tras otro.
Aproximadamente un tercio de los peregrinos que pasan por Roncesvalles
confiesan motivos espirituales para hacer el Camino. Los otros dos tercios se reparten entre culturales, religiosos y, en menor medida, deportivos. Esta proporción se mantiene similar año tras año. "Los peregrinos vienen con dos bastones: el físico y el religioso", sostiene el prior, "por lo que tenemos que cuidar de que puedan asearse y descansar, y también de que tengan un lugar para rezar, católicos y no católicos, cada uno a su manera. Por eso cuidamos
mucho la eucaristía de las ocho de la tarde", afirma el prior. Uno de los canónigos, Jesús Navarro, ha aprendido del trato con gentes de todo el mundo a impartir la bendición en diez idiomas, desde japonés hasta polaco. "Eso es muy atractivo para ellos, también queremos que se lleven un buen recuerdo religioso", añade.
En los seis años que lleva en la Colegiata, Jesús Idoate ha conocido a peregrinos de todo lugar y condición. Llama la atención el paso de nada menos que 817 coreanos en 2009. "Hace dos años la televisión coreana hizo una serie de reportajes sobre el Camino y yo pienso que a raíz de ellos surgió un interés en aquel país.
El año pasado hizo un reportaje la televisión finlandesa, así que veremos si este año vienen más nórdicos", señala Idoate. También recuerda las películas y series de televisión que se han rodado en la Colegiata o el paso como peregrino de David Bisbal, pero se queda con "un jubilado vizcaíno que lleva 18 años seguidos haciendo el Camino, desde que falleció su esposa, y, según me
dice, cada vez encuentra algo diferente". Para él y para todos los demás, Orreaga-Roncesvalle s siempre tiene las puertas abiertas.

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