CAMINO DE INVIERNO 2009 de Acacio & Orietta
Capítulo 2
Por Acacio & Orietta
Los albergues:
Hay que aceptar tus propios límites y es en invierno cuando entiendes mejor lo que significa esa frase y esa actitud. La mayoría de los servicios están cerrados, los kilómetros parecen más largos, como también lo es la esperanza a cada paso de llegar a un lugar más caliente donde el peregrino pueda descansar y reposar para el día siguiente. Esos sentimientos suponen un esfuerzo, pero también un momento de agradecimiento.
Si estás cansado y has de caminar menos que otro día, lo afrontas con mas tranquilidad. No sientes necesidades por no llegar, puesto que sabes que vas a acabar llegando. Todo en su momento.
En invierno da igual, porque sabes que sólo has de caminar sin preocupaciones y que aunque puedas enfrentarte a una etapa dura, acabarás en el destino, conociendo y experimentando las mayores experiencias que puedes encontrar dentro de ti mismo.
Además, hay que agradecer los lugares de acogida que están abiertos y gracias a ellos podemos seguir adelante y podemos pasar el tiempo en silencio y soledad, que es algo que ayuda a ir profundizando dentro de uno mismo, además de experimentar increíbles sensaciones, dependiendo de tantas cosas que pueden cambiar a cada paso.
Todo entraña una mayor atención con uno mismo. La tranquilidad del Camino y el silencio pueden sentirse en el interior de uno mismo, sentado en una piedra, o al cruzar un camino cubierto de nieve, hielo, o con viento y lluvia. Es entonces cuando nada más importa…el Camino empieza a formar parte de un todo.
Orietta y yo hemos experimentados diferentes sensaciones que ya forman parte de nuestra forma intrínseca de ser, como la Paz –con mayúsculas-, el compañerismo de pareja que ya que está dentro de cada uno.
Después del Camino depende de cada uno seguir en conexión con el espíritu que allí se respira, que es el propio espíritu universal de Amor, Comprensión, Aceptación, Paz, y respeto al Ser.
Hemos realizado el Camino de Santiago en varias ocasiones. Pero el invierno es la mejor parte del Camino de Santiago donde a cada paso estamos caminando tras las huellas de millares de peregrinos.
¡Ello supone una extraña sensación y una cómoda situación!
Dormimos donde otros miles de cuerpos cansados estuvieron antes y compartimos mesas que en esta época del año están vacías y limpias.
Todo es diferente y bello al mismo tiempo. El tiempo es otro y aquí estamos nosotros, uno al lado del otro, caminando a nuestra meta para poder agradecer este año a todos los amigos peregrinos, hospitaleros, comerciantes o gente del Camino por los 10 años que estamos aquí, compartiéndolo con todos vosotros.
Abrir la Puerta Santa ha sido nuestra meta durante 2009 después de varios años de espera y tal vez dentro de once años podamos nuevamente caminar para repetir estas mismas emociones.
Por Acacio & Orietta
Los albergues:
Hay que aceptar tus propios límites y es en invierno cuando entiendes mejor lo que significa esa frase y esa actitud. La mayoría de los servicios están cerrados, los kilómetros parecen más largos, como también lo es la esperanza a cada paso de llegar a un lugar más caliente donde el peregrino pueda descansar y reposar para el día siguiente. Esos sentimientos suponen un esfuerzo, pero también un momento de agradecimiento.
Si estás cansado y has de caminar menos que otro día, lo afrontas con mas tranquilidad. No sientes necesidades por no llegar, puesto que sabes que vas a acabar llegando. Todo en su momento.
En invierno da igual, porque sabes que sólo has de caminar sin preocupaciones y que aunque puedas enfrentarte a una etapa dura, acabarás en el destino, conociendo y experimentando las mayores experiencias que puedes encontrar dentro de ti mismo.
Además, hay que agradecer los lugares de acogida que están abiertos y gracias a ellos podemos seguir adelante y podemos pasar el tiempo en silencio y soledad, que es algo que ayuda a ir profundizando dentro de uno mismo, además de experimentar increíbles sensaciones, dependiendo de tantas cosas que pueden cambiar a cada paso.
Todo entraña una mayor atención con uno mismo. La tranquilidad del Camino y el silencio pueden sentirse en el interior de uno mismo, sentado en una piedra, o al cruzar un camino cubierto de nieve, hielo, o con viento y lluvia. Es entonces cuando nada más importa…el Camino empieza a formar parte de un todo.
Orietta y yo hemos experimentados diferentes sensaciones que ya forman parte de nuestra forma intrínseca de ser, como la Paz –con mayúsculas-, el compañerismo de pareja que ya que está dentro de cada uno.
Después del Camino depende de cada uno seguir en conexión con el espíritu que allí se respira, que es el propio espíritu universal de Amor, Comprensión, Aceptación, Paz, y respeto al Ser.
Hemos realizado el Camino de Santiago en varias ocasiones. Pero el invierno es la mejor parte del Camino de Santiago donde a cada paso estamos caminando tras las huellas de millares de peregrinos.
¡Ello supone una extraña sensación y una cómoda situación!
Dormimos donde otros miles de cuerpos cansados estuvieron antes y compartimos mesas que en esta época del año están vacías y limpias.
Todo es diferente y bello al mismo tiempo. El tiempo es otro y aquí estamos nosotros, uno al lado del otro, caminando a nuestra meta para poder agradecer este año a todos los amigos peregrinos, hospitaleros, comerciantes o gente del Camino por los 10 años que estamos aquí, compartiéndolo con todos vosotros.
Abrir la Puerta Santa ha sido nuestra meta durante 2009 después de varios años de espera y tal vez dentro de once años podamos nuevamente caminar para repetir estas mismas emociones.
(continuará)
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