Investigan las marcas de canteros en la Catedral de Santiago
Las piedras que una a una levantaron la catedral
de Santiago están repletas de marcas. Son la firma de los cientos de
canteros que participaron en la que en su momento fue la mayor obra
arquitectónica proyectada en Europa, un auténtico laboratorio de ideas
en el que debieron de trabajar los más avanzados arquitectos de la
época.
Esas marcas son ahora objetivo de un ambicioso
estudio financiado por el Ministerio de Cultura y que ha reunido a un
equipo interdisciplinar con miembros de tres universidades diferentes:
la Complutense de Madrid, la USC de Santiago y de la Warwick (Reino
Unido).
El grupo está coordinado por el profesor José Luis Senra y
cuenta destacados especialistas en historia del arte.
El equipo de investigación ha estado trabajando
en las últimas semanas en la basílica compostelana analizando
exhaustivamente las fábricas de piedra correspondientes con los muros
románicos del templo. El objetivo es arrojar luz sobre el inicio de la
construcción de la Catedral de este estilo arquitectónico e identificar
de la manera más precisa las posibles fases en que se desarrolló el
levantamiento del edificio, que tenía unas dimensiones enormes para la
época.
Los investigadores se han centrado en la cabecera
y en el transepto, que fueron los primeros tramos en construirse en los
últimos años del siglo XI.
Han analizado los paramentos de piedra y,
especialmente, la multitud de marcas de canteros que hay en los muros y
columnas de la Catedral. El estudio permitirá identificar técnicas
constructivas, así como ahondar en el conocimiento de la organización
del trabajo de los equipos de canteros. También podrán avanzar en
hipótesis que hablan de modificaciones o rectificaciones en el proyecto
original del templo románico.
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