jueves, 14 de febrero de 2013

Salud del Peregrino

Depuración a través de las plantas


Si estás realizando una dieta de adelgazamiento, o simplemente quieres cuidarte durante unos días para limpiar y regenerar tu organismo, te traemos una lista de las mejores plantas depurativas.
Su capacidad para extraer las sustancias nocivas y eliminarlas a través de las vías urinarias y la piel las convierte en aliados excepcionales.
Depuración a través de las plantas
Para realizar un tratamiento depurativo es imprescindible beber muchos líquidos. Incluso si has elegido hacer ayuno, hay que cuidar la hidratación. Las infusiones y los líquidos también facilitan el trabajo de los riñones para expulsar la urea, restos de metales pesados, arenillas, ácido úrico y demás sustancias que se eliminan con dificultad.



Bardana
Se emplea sobre todo para realizar limpiezas en profundidad de la piel, ya sean sarpullidos, psoriasis, vitíligo o forúnculos.

Calahuala
Se emplea cuando la piel arrastra un problema ya antiguo y está sensibilizada a los tratamientos químicos, cremas y pomadas. También es adecuada para el tratamiento de psoriasis.

Fumaria
Depurativa del hígado. Muy adecuada para curas de desintoxicación, en especial para la sobrecarga de la función hepática. También es útil en ambientes muy polucionados, o en trabajos relacionados con metales pesados como plomo, cadmio o mercurio.

Eucalipto
Empleada para las enfermedades de vías respiratorias que van acompañadas de abundante mucosidad.

Frángula
Es un laxante muy eficaz utilizado para la limpieza intestinal. Se emplea en personas con un historial crónico de estreñimiento. No debe administrarse más de siete días seguidos.

Diente de león
Se utiliza su raíz para mejorar la función hepática. También es muy útil como depurativo de la sangre. Actúa como laxante suave y diurético.

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 La Intolerancia a la Fructosa


La fructosa es un azúcar que se encuentra de manera natural en alimentos como las frutas y verduras, y es uno de los dos azúcares que forma la sacarosa o azúcar común (azúcar de mesa). El edulcorante sorbitol también puede dar lugar a este azúcar cuando es metabolizado por nuestro organismo.
La intolerancia a la fructosa se produce cuando el organismo no puede absorber o metabolizar este azúcar.

En la intolerancia hereditaria a la fructosa (IHF) la fructosa es absorbida por las células intestinales, pero el organismo no puede metabolizarla correctamente ya que carece de un enzima implicado en este proceso, y se produce la acumulación de un producto intermedio de la degradación de la fructosa que es tóxico para el organismo.
Los síntomas que la IHF suele originar son nauseas, vómitos, deshidratación, hipoglucemia, disfunción hepática e ictericia (coloración amarillenta de la piel y mucosas). Estos síntomas aparecen por vez primera cuando se introducen alimentos con fructosa (fruta, cereales preparados, etc.) en la dieta del bebé, y pueden mejorar con un diagnóstico temprano y un buen tratamiento dietético.
La Intolerancia a la FructosaPor otro lado, una alteración mucho más común de la asimilación de la fructosa es la malabsorción de la fructosa. En este caso, el problema se localiza en el intestino, donde las células no son capaces de absorber de manera total o parcial este azúcar, que queda libre el la luz intestinal produciendo síntomas gastrointestinales muy similares a los de la intolerancia a la lactosa, como dolor abdominal, diarreas, gases y nauseas. Esta situación puede ser reversible, a diferencia de la IHF que es siempre irreversible.
Un síntoma muy habitual, pero difícil de asociar a la malabsorción de la fructosa, es la depresión. Se produce porque la fructosa no absorbida en el intestino se une al aminoácido triptófano e impide su absorción. Este aminoácido es necesario para producir serotonina, el mensajero químico que proporciona sensaciones de bienestar y felicidad, por lo que, al faltar triptofano se produce serotonina en menor cantidad, y aparece una tendencia a los estados depresivos y oscilaciones de ánimo.
En la IHF se debe seguir una dieta sin fructosa (no más de 2 gramos de fructosa al día), ya sea en forma de fructosa, sacarosa o sorbitol. Se han de evitar todos los alimentos que contienen fructosa de forma evidente, y también leer las etiquetas los alimentos procesados, que pueden contener fructosa, sacarosa o sorbitol en su composición.
En el caso de la malabsorción de la fructosa, si es total, la dieta será muy parecida al caso de la IHF. Si es una malabsorción parcial, que es lo más frecuente, la persona puede consumir ciertos alimentos que contienen fructosa, pero en pequeñas cantidades, e incluso pequeñas cantidades de alimentos ricos en fructosa.
Las dietas a seguir en la intolerancia a la fructosa son bastante restrictivas, por lo que en función de que alimentos son tolerados, y en que cantidades, se ha de valorar la necesidad de llevar a cabo una suplementación nutricional.
La limitación de la fruta en la dieta puede producir deficiencias de por carencias de fibra, vitamina C, ácido fólico y vitamina A, además de los flavonoides y otros fitoquímicos beneficiosos que cada día se descubren en las frutas.
Para corregir la depresión ligada a la intolerancia a la fructosa se puede complementar con el aminoácido L-Triptófano o directamente con la Serotonina, procedente de fuentes vegetales (5-HTP).

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