Oviedo acoge la “Tercera Kedada Nacional de Bicigrinos” en honor al Camino del Norte
Oviedo.- La ciudad que Clarín retrató como Vetusta será la capital este fin de semana de los peregrinos en bicicleta, como en ocasiones anteriores lo fueron Burgos y Salamanca. De momento son 50 los bicigrinos que están inscritos en la “kedada”.
Estas citas son la más pura expresión del movimiento bicigrino, una gran red social, que traspasa las fronteras de lo virtual, surgida alrededor del Camino de Santiago a dos ruedas e impulsada por Tomás Sánchez, su inventor y mentor del concepto bicigrino.
Las kedadas comenzaron hace tres años fruto de “la necesidad de encontrarse cara a cara con amigos que habían trabado amistad a través de la comunidad on-online bicigrina”, explica Tomás Sánchez. Los puntos de encuentro elegidos están relacionados con cada una de las rutas jacobeas. Primero fue Burgos, por el Camino Francés, después vino Salamanca por la Vía de la Plata y este fin de semana será Oviedo, en honor al Camino del Norte.
Este viernes salieron todos desde distintos puntos de España rumbo a la capital asturiana. Los bicigrinos son solidarios pero también curtidos en experiencia y ésta les ha demostrado en ocasiones anteriores que en la ciudad ovetense “es difícil encontrar bicicletas de alquiler para todos”, como señala Tomás. De este modo se aseguran que todo el fin de semana vaya sobre ruedas, no sólo en sentido figurado.
Hoy han salido para hacer una ruta de 20 kilómetros desde Pola de Siero a Oviedo y vuelta. “Siempre siguiendo el recorrido del Camino de Norte”, puntualiza Tomás. Entre pedaleo y pedaleo se hace un descanso, que aprovechan para montar un pic-nic, donde no sólo compartir comida y bebida, sino toda la alegría acumulada por el reencuentro.Por la noche se celebra una cena en el restaurante Tierra Astur de Oviedo.
Como ya manda la tradición el domingo se reserva para una visita cultural por toda la ciudad que acoge la kedada.
Tomás dice que Marta es como “el ángel de los bicigrinos” y la kedada de este año tendrá un emotivo recuerdo para ella. Marta era una niña de seis años que murió de cáncer en mayo. Meses atrás su tía escribió a Tomás para decirle que iba a hacer el Camino de Santiago en bicicleta y pedirle al Apóstol que ayudase a curar a Marta. Tomás lo compartió con la comunidad de bicigrinos y fue como una “chispa que prendió una gran llama”, describe. El anuncio despertó gran interés y desencadenó una cadena de solidaridad, que derivó en el movimiento Una piedra para Marta.
El movimiento surgió de la tradición secular de muchos peregrinos que dejan piedras en lugares determinados del Camino para pedir algo a Dios o al Santo. En el Camino Francés, poco después de Astorga se encuentra la Cruz de Hierro, el más conocido. En la Vía de la Plata hay una cruz de madera, antes de Salamanca, donde se practica una costumbre análoga. Del Camino del Norte se desconocía tal hábito y por eso los bicigrinos lanzaron la idea de aprovechar la kedada para homenajear a Marta y habilitar un lugar donde depositar las piedras con su nombre, relata Tomás. La hermita del Fresno, muy cerca de Oviedo, es el lugar elegido. Allí instalarán una placa y el homenaje a Marta terminará con una misa, relata Tomás. Y es que “todo nace de emociones” nos confiesa el bicigrino.
Estas citas son la más pura expresión del movimiento bicigrino, una gran red social, que traspasa las fronteras de lo virtual, surgida alrededor del Camino de Santiago a dos ruedas e impulsada por Tomás Sánchez, su inventor y mentor del concepto bicigrino.
Las kedadas comenzaron hace tres años fruto de “la necesidad de encontrarse cara a cara con amigos que habían trabado amistad a través de la comunidad on-online bicigrina”, explica Tomás Sánchez. Los puntos de encuentro elegidos están relacionados con cada una de las rutas jacobeas. Primero fue Burgos, por el Camino Francés, después vino Salamanca por la Vía de la Plata y este fin de semana será Oviedo, en honor al Camino del Norte.
Este viernes salieron todos desde distintos puntos de España rumbo a la capital asturiana. Los bicigrinos son solidarios pero también curtidos en experiencia y ésta les ha demostrado en ocasiones anteriores que en la ciudad ovetense “es difícil encontrar bicicletas de alquiler para todos”, como señala Tomás. De este modo se aseguran que todo el fin de semana vaya sobre ruedas, no sólo en sentido figurado.
Hoy han salido para hacer una ruta de 20 kilómetros desde Pola de Siero a Oviedo y vuelta. “Siempre siguiendo el recorrido del Camino de Norte”, puntualiza Tomás. Entre pedaleo y pedaleo se hace un descanso, que aprovechan para montar un pic-nic, donde no sólo compartir comida y bebida, sino toda la alegría acumulada por el reencuentro.Por la noche se celebra una cena en el restaurante Tierra Astur de Oviedo.
Como ya manda la tradición el domingo se reserva para una visita cultural por toda la ciudad que acoge la kedada.
Tomás dice que Marta es como “el ángel de los bicigrinos” y la kedada de este año tendrá un emotivo recuerdo para ella. Marta era una niña de seis años que murió de cáncer en mayo. Meses atrás su tía escribió a Tomás para decirle que iba a hacer el Camino de Santiago en bicicleta y pedirle al Apóstol que ayudase a curar a Marta. Tomás lo compartió con la comunidad de bicigrinos y fue como una “chispa que prendió una gran llama”, describe. El anuncio despertó gran interés y desencadenó una cadena de solidaridad, que derivó en el movimiento Una piedra para Marta.
El movimiento surgió de la tradición secular de muchos peregrinos que dejan piedras en lugares determinados del Camino para pedir algo a Dios o al Santo. En el Camino Francés, poco después de Astorga se encuentra la Cruz de Hierro, el más conocido. En la Vía de la Plata hay una cruz de madera, antes de Salamanca, donde se practica una costumbre análoga. Del Camino del Norte se desconocía tal hábito y por eso los bicigrinos lanzaron la idea de aprovechar la kedada para homenajear a Marta y habilitar un lugar donde depositar las piedras con su nombre, relata Tomás. La hermita del Fresno, muy cerca de Oviedo, es el lugar elegido. Allí instalarán una placa y el homenaje a Marta terminará con una misa, relata Tomás. Y es que “todo nace de emociones” nos confiesa el bicigrino.
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