Cómo sobrevivir a la gripe A
Madrid.- Con la cercanía del otoño, medio mundo se prepara para hacer frente a una probable y rápida propagación de la nueva gripe, mientras observa cómo el virus H1N1 ha desplazado a la gripe común durante el invierno que vive el hemisferio sur. Un escenario que podría trasladarse a los países europeos. Aunque las autoridades sanitarias internacionales y nacionales envían mensajes de calma a la población, nunca está de más conocer lo que quizá llegue en los próximos meses. Periodo de incubación: Entre uno y cinco días
Desde que el virus H1N1 penetra en el organismo hasta que aparecen los primeros síntomas de la enfermedad pueden transcurrir entre uno y cinco días. En el caso de la gripe común el período de incubación es de veinticuatro a cuarenta y ocho horas.
Punto crítico de la pandemia: Llegará con el frío
La bajada de las temperaturas y las condiciones meteorológicas del invierno favorecen la propagación de este tipo de virus. Lo más probable es que se empiece a extender desde noviembre hasta febrero, que suele ser también la época de la gripe común.
Cómo se produce el contagio: Por contacto
El virus H1N1 se transmite de persona a persona cuando alguien que tiene la enfermedad expulsa gotitas de saliva o secreciones nasales al toser, hablar o estornudar. Estas se desplazan por el aire y pueden entrar en contacto, o introducirse en la boca o la nariz, de personas cercanas.
También se produce el contagio indirecto, más frecuente, por tocarse los ojos, la nariz o la boca después de haber tocado las microgotas que han quedado depositadas en manos y otras superficies.
Los enfermos de gripe A transmiten el virus desde un día antes de empezar a manifestar los síntomas hasta siete días después.
Síntomas: Fiebre alta de repente
Son muy similares a la gripe estacional: fiebre de más de 38º que aparece de repente, tos, congestión y secreción nasal, estornudos, dolores musculares y de garganta , escalofríos, fatiga y malestar general. En muchas personas también han aparecido vómitos y diarrea.
A veces se producen infecciones bacterianas al mismo tiempo que se desarrolla la enfermedad o después de que esta haya pasado, lo que puede dar lugar a neumonías, infecciones de oído o sinusitis.
Si la gripe A se vuelve más agresiva será necesario una atención médica inmediata. Algunos síntomas nos alertarán de ello: dificultad para respirar, dolor o presión en el pecho o abdomen, mareo repentino, confusión, vómitos constantes, labios de coloración morada o azulosa, signos de deshidratación, convulsiones y somnolencia.
Ante la primera sospecha: Contactar con los servicios sanitarios
Ante el primer síntoma, el Ministerio de Sanidad recomienda contactar por teléfono con los servicios sanitarios de cada comunidad autónoma. A través de diferentes preguntas evalúan al paciente y su nivel de riesgo. Algunas regiones han habilitado teléfonos dedicados sólo a la gripe A. Sólo los casos graves deben ir al hospital. Hay que evitar colapsar las urgencias.
Grupos de riesgo: Aún por definir
Los organismos internacionales todavía no han perfilado cuáles serán los colectivos de riesgo que deberán ser vacunados de la gripe A. No obstante, los expertos apuntan ya los grupos más vulnerables: niños menores de cinco años, mujeres embarazadas y adultos con enfermedades crónicas (respiratorias, cardiovasculares, inmunodepresión, diabetes...).
Se considera que la enfermedad puede resultar más agresiva en mayores de 60 años, aunque no son los que más se infectan, sí son los pacientes con más peligro de presentar complicaciones al contraer el virus.
Duración de la enfermedad: Lo peor, durante cuatro días
Lo habitual es que la gripe evolucione favorablemente en dos o cuatro días a partir de los primeros síntomas, aunque se puede continuar con tos durante una semana y con la sensación de cansancio durante varias semanas más.
Medidas preventivas: Lavarse las manos
Si hay un consejo esencial de prevención es lavarse las manos a menudo con agua y jabón, durante un minuto, y secárselas con papel desechable que habrá que tirar a la basura. Esta medida higiénica resulta fundamental siempre, pero sobre todo después de toser, estornudar, viajar en transporte público, volver de la calle, tocar objetos... También sirven unas toallitas que contengan alcohol.
No hay que tocarse la boca, la nariz o los ojos con las manos. Y tendremos que taparnos boca y nariz al estornudar o toser con un pañuelo desechable, que luego se tirará a la basura. Y después lavarnos las manos.
Se recomienda evitar el contacto con enfermos y no frecuentar lugares multitudinarios. En Estados Unidos, incluso, se aconseja prepararse para la enfermedad: hacer acopio de suministros para quedarse en casa una semana (alimentos, desinfectantes,pañuelos desechables).
El enfermo en casa: Siete días de reposo
Además de extremar las medidas higiénicas anteriores, la persona que contraiga el virus H1N1 debe aislarse en su hogar durante una semana y no recibir visitas. Por tanto, no irá a trabajar ni a clases. Si se ve obligado a salir, por ejemplo para ir al médico, debe utilizar mascarilla quirúrgica, al igual que cuando comparta las zonas comunes de la casa. Tendrá que estar en una habitación separada y cerrada. Y si es posible usar un baño aparte, que será desinfectado todos los días.
Hay que mantener desinfectadas las superficies de muebles, baños, cocinas... y ventilar diariamente las zonas comunes. La ropa de cama, toallas y utensilios de comida del enfermo no es preciso que se laven por separado, pero nadie debe usarlos si no se lavan primero con el detergente o lavavajillas habitual. Quien se ocupe de la colada, debe evitar ponerla encima de su cuerpo para no contaminarse. Se pueden adquirir toallas de papel o asignar una toalla de tela a cada miembro de la familia.
Los que viven con un enfermo deben preguntar al médico si es necesario seguir algún tipo de tratamiento. Son convenientes otras normas: no colocarse frente al afectado ni a menos de un metro de distancia de él. Utilice mascarilla cuando esté cerca y cuando salga de casa. Una vez usada hay que tirarla a la basura y lavarse las manos. Cuando lleve a un bebé enfermo en sus brazos, la barbilla del niño tiene que mirar hacia el hombro para evitar que le tosa directamente a la cara.
Tratamiento: Antivirales
No todos los enfermos de gripe A necesitan antivirales. Por el contrario, la mayoría no precisa estos fármacos. El médico deberá decidir en qué casos se administran. En España, una vez que se haya abastecido el sistema sanitario, se dispensarán con receta médica en las farmacias. El Gobierno distribuirá 15,4 millones de tratamientos.
El tratamiento contra la gripe A está dirigido a reducir los síntomas y la infección. Se utilizan dos principios activos: oseltamivir (Tamiflu) y zanamivir (Relenza), que se deben administrar en las primeras 48 horas. Existen otros medicamentos que sirven para aliviar el malestar general: analgésicos y antitérmicos como paracetamol e ibuprofeno. Hay médicos que también prescriben descongestionantes nasales y antitusivos contra la tos.
Los procesos gripales pueden ir acompañados de infecciones bacterianas. Por lo tanto, algunas personas necesitarán tomar además antibióticos. Hay que sospechar cuando la enfermedad es más grave o prolongada o parece mejorar pero luego empeora.
El CDC americano recomienda no administrar aspirina (ácido acetilsalicílico) a los niños y adolescentes porque puede causarles una enfermedad rara pero grave llamada síndrome de Reye.
Aparte de los fármacos, hay que beber mucho líquido para evitar la deshidratación (zumos con vitamina C, bebidas energéticas, agua, caldos) y hacer reposo. Y un principio fundamental: no tomar medicamentos sin prescripción médica.
Colegios: Seguirán abiertos
Por ahora, los organismos internacionales no recomiendan el cierre de guarderías, colegios, institutos y universidades. Unas directrices que sigue nuestro Gobierno.
Empresas: Reducir el impacto
El Ministerio de Sanidad presentará en los próximos días una guía para que las empresas prevean cómo minimizar el impacto de la gripe A en su plantilla. No obstante, ya hay informes con algunas recomendaciones. Las funciones esenciales siempre quedarán cubiertas, bien formando trabajadores en tareas que no desempeñan a diario, bien ofreciendo apoyo familiar a los empleados imprescindibles, por ejemplo, para cuidar de sus hijos.
Algunos consejos son muy prácticos: nunca puede faltar jabón en los baños, instalar productos con base de alcohol en zonas de paso, proporcionar toallitas desinfectantes para que los empleados puedan adecentar las superficies de sus elementos de trabajo y que no falten papeleras (con tapa mejor).
Un comité de crisis seguirá la situación y adoptará decisiones como mandar a casa de forma preventiva a los profesionales expuestos al virus o distribuir las mesas de la oficina a un metro de distancia. Los empleados estarán informados sobre qué hacer: por ejemplo, no compartir artículos de oficina. Reuniones y viajes pueden reducirse o sustituirse con videoconferencias o teletrabajo.
Vacunas: Llegarán en otoño
El Ministerio de Sanidad llevará a cabo dos campañas de vacunación: una para la gripe común y otra para la gripe A. No se descarta que algunas personas tengan que vacunarse de ambos virus.
Aún está por ultimar el calendario (puede ser que se adelante) y los grupos de riesgo que deberán ser inmunizados contra la gripe estacional. Pero todo parece indicar que será como otros años: durante el otoño.
Sin embargo, existen más incógnitas sobre la vacuna de la nueva gripe. Por un lado, las farmacéuticas creen que estará disponible en otoño, pero no conocen la fecha exacta. Por otra parte, los organismos internacionales no han definido aún a qué colectivos vulnerables deberán ser administradas.
España ha adquirido 37 millones de vacunas para cubrir al 40% de la población. Se deben administrar dos dosis por persona.
Transporte aéreo: Viajes sin restricciones
Los organismos internacionales no han impuesto ninguna restricción a los viajes. No obstante, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha establecido una guía de actuación a bordo de las aeronaves si se detecta algún caso de gripe A entre los pasajeros. Desde aislar al enfermo (y su equipaje de mano) hasta qué hacer una vez que se llegue al destino.
Alimentación: No hay peligro con el cerdo
Ni la carne de cerdo ni sus derivados pueden transmitir el virus H1N1, siempre que se hayan manipulado y cocinado de manera adecuada. Tampoco el agua potable presenta riesgos.
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