El colombiano Eduardo Vesga habla de su experiencia tras completar el Camino
Santiago.- El colombiano Eduardo Vesga ha relatado sus experiencias tras completar el Camino de Santiago.
Este es su relato personal al diario El Tiempo:
Hacer el camino de Santiago no sólo es enriquecedor espiritualmente, sino que también nos ofrece una degustación visual de los magníficos paisajes españoles.Se trata de esa España que en Colombia no es tan familiar y que corresponde a lo que llamaba el recordado Nino Bravo "la otra España, la que huele a caña, tabaco y brea..., la de piel morada, la marinera".El camino francés que se inicia en Roncesvalles y termina en Santiago de Compostela mide 737 kilómetros y puede hacerse a pie, en bicicleta o a caballo.No es necesario hacerlo completo. Lo importante es llegar a Santiago, habiendo recorrido a pie o a caballo al menos 100 kilómetros, o 200 kilómetros en bicicleta. Esto da derecho a solicitar la Compostela, en la catedral de Santiago.Vale la pena recorrer la región de Navarra, con sus leyendas que han relacionado al emperador Carlomagno con la fundación del camino; y atravesar el modesto puente de los bandidos, que en la Edad Media se evitaba y que fomentó la idea falsa de la peligrosidad de Navarra.Otra gran experiencia es andar por La Rioja, algo que recuerda la proverbial ternura de sus hortalizas y el universal prestigio de sus vinos.Es magnífico pasar por Burgos, con sus torrecillas de iglesias parroquiales; y entrar a León, con su famosa ermita de la Virgen del Puente.Finalmente, está Galicia, la tierra que acoge los restos del apóstol Santiago. Lo mejor es llegar un domingo a la catedral, cumplir con el ritual del abrazo al apóstol y poner los dedos en el pórtico de la Gloria.Luego, por supuesto, bajar al arca de plata donde reposan los restos de Santiago. Es en ese punto donde pensamos que el peregrinaje ha valido la pena, a pesar de las ampollas y de las lluvias.Y recordamos esa frase tan común en Santiago: "Sin dolor no hay gloria".
Este es su relato personal al diario El Tiempo:
Hacer el camino de Santiago no sólo es enriquecedor espiritualmente, sino que también nos ofrece una degustación visual de los magníficos paisajes españoles.Se trata de esa España que en Colombia no es tan familiar y que corresponde a lo que llamaba el recordado Nino Bravo "la otra España, la que huele a caña, tabaco y brea..., la de piel morada, la marinera".El camino francés que se inicia en Roncesvalles y termina en Santiago de Compostela mide 737 kilómetros y puede hacerse a pie, en bicicleta o a caballo.No es necesario hacerlo completo. Lo importante es llegar a Santiago, habiendo recorrido a pie o a caballo al menos 100 kilómetros, o 200 kilómetros en bicicleta. Esto da derecho a solicitar la Compostela, en la catedral de Santiago.Vale la pena recorrer la región de Navarra, con sus leyendas que han relacionado al emperador Carlomagno con la fundación del camino; y atravesar el modesto puente de los bandidos, que en la Edad Media se evitaba y que fomentó la idea falsa de la peligrosidad de Navarra.Otra gran experiencia es andar por La Rioja, algo que recuerda la proverbial ternura de sus hortalizas y el universal prestigio de sus vinos.Es magnífico pasar por Burgos, con sus torrecillas de iglesias parroquiales; y entrar a León, con su famosa ermita de la Virgen del Puente.Finalmente, está Galicia, la tierra que acoge los restos del apóstol Santiago. Lo mejor es llegar un domingo a la catedral, cumplir con el ritual del abrazo al apóstol y poner los dedos en el pórtico de la Gloria.Luego, por supuesto, bajar al arca de plata donde reposan los restos de Santiago. Es en ese punto donde pensamos que el peregrinaje ha valido la pena, a pesar de las ampollas y de las lluvias.Y recordamos esa frase tan común en Santiago: "Sin dolor no hay gloria".
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