Rafa Díaz Peñafiel cree que «el Camino se ha ido desvirtuando»
San Sebastián.- Es una persona muy conocido en su ciudad, pero, sobre todo, en la zona de San Miguel. Rafa Díaz Peñafiel nació hace 65 años en la riojana Briones, pero sus padres lo llevaron a Irún al año. Es un irundarra de pura cepa. Entonces vivía en la calle Fuenterrabia, a la altura del estanco, zona en la que su aitatxo abrió el bar 'Gloria'. Estudió en el Dispensario, Leka Enea y San Marcial, de donde salió por la «cantidad de ostias» (Rafa dixit) que le daban los frailes.
Un caso parecido al de Juan Luis Serrano. Casado con Rosamari Martín, su fiel compañera de andanzas, es el padre de Alex, Sonia y Mónica, que le han dado tantos nietos como Julen, Maider, Ohiana, Iraia y Haizea, que tiene dos días de vida. Ha sido ebanista, trabajando con Consuelo Fernández, con su cuñado Miguel Zabaleta y después en un taller de Endaya. Por causa de un pequeño accidente se jubiló en 1999. Fundó, con Pako Tortosa, el Escalerillas. Le encanta caminar, además de cocinar, jugar al mus y potear.
- Eres polifacético pero háblanos del Camino de Santiago.
- Las seis veces que lo he iniciado, desde 2004, lo he completado. Este año, y con Rosamari, hice la ruta de 'La Plata', desde Sevilla hasta el Obradoiro, pasando por Mérida, Cáceres, Salamanca y Zamora.
- habrá muchas anécdotas…
- Hay muchas, pero recuerdo una con mucho cariño. Sucedió que en 2004 hice mucha amistad con unos aragoneses. Pues bien, cinco años después me encontré con otro señor de la misma procedencia que iba en bici. Nos paramos a hablar, con nuestras pintas y nuestras barbas, y yo le comenté el nombre de aquellos dos compañeros aragoneses, Ángel Barco y José Mari Deza. Y en esas, el ciclista me comenta: «pues José Mari soy yo». No le había reconocido y fue muy emotivo, con las lágrimas de rigor. ¡Qué abrazo nos pegamos!
- Vas a seguir hacia Compostela.
- Si Dios quiere, sí, aunque el Camino ha cambiado. Se ha desvirtuado mucho y es que, hay mucho listillo que lo hace y se acompaña de un coche, donde deja las mochilas. Andan no más de diez kilómetros y se plantan en el albergue, piden un sitio para dormir y se lo dan. Y ese mismo espacio es el que podemos perder los que hacemos de verdad, el recorrido. Vamos mal.
- Te encanta cocinar.
- Pues sí, desde que veía a mi padre hacer el bacalao al ajoarriero. Me encanta ese plato, pero te puedo hacer cualquiera. De hecho, tengo hasta 20 txapelas de campeón en concursos de, por supuesto, bacalao, sukalki, tortilla de patata y marmitako. Eso sí, tengo que reconocer que se me está resistiendo el campeonato de Euskadi de Marmitako.
Creo que le das al mus como el mejor.
- Bueno, tengo dos campeonatos y dos subcampeonatos del 'Ciudad de Irun'.
- Y para ganar, ¿que hay que hacer?, ¿ser un poco mentiroso?
- No, porque te acaban calando. Lo que hay que hacer es estudiar bien al rival al principio y luego actuar en consecuencia.
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