Acacio & Orietta, diez años en la Ruta de las Estrellas
Viloria de Rioja.- Nuestros amigos y hermanos peregrinos del Refugio de Viloria nos remiten este texto con el que celebran sus diez años de presencia al borde de la Ruta Jacobea. Desde el Correo del Camino les deseamos muchos años más de felicidad y de entrega:
Queridos peregrin@s:
¡Cómo es el tiempo! ¡Vuela, corre o simplemente no existe!
Estamos completando diez años en el Camino que hoy puedo asegurar que son nuestra vida.
Orietta y yo vamos abriendo cada día nuestra puerta y nuestro corazón a un mayor aprendizaje al mismo tiempo que nos descubrimos y nos conocemos mejor uno a otro.
Aún no conocemos la respuesta a si fuimos nosotros quienes elegimos este sitio o si el Camino nos eligió a nosotros y nos invitó a vivir en este sitio sagrado.
No podemos hacer otra cosa mejor que dar gracias por estos encuentros y las formas entre las personas que llegan hasta aquí, se quedan y después parten hacia su destino de Camino.
Nos sentimos libres y conscientes de que hacemos lo más acertado y la entrega forma parte del contacto con la Divinidad que nos acompaña en estos encuentros, conviviendo con nuestros errores y aciertos.
Nos alegra mucho recibir un E-mail o una carta y vienen a confirmar nuestros actos y nuestras acciones. También las críticas, consejos o un mensaje recibido de un peregrino, que sin saberlo deja entre nosotros el mensaje que se precisa para cada momento de comprensión.
No es una tarea tan fácil como pudiera parecer o tan importante como piensa la mayoría. Intentamos día tras día estar felices y abiertos a quien deciden llegar y quedarse durante unos días o unas horas a nuestro lado.
Formamos parte de los kilómetros que son recorridos y tampoco deseamos ser la meta de nadie. Somos una etapa en la que se puede descansar y orar y descansar del estrés propio del Camino.
Pretendemos dar facilidades a cada uno sin tener cualquier otra intención y nos sentimos bien de tener esa función: Entre otras, con nuestra experiencia en los caminos enseñamos lo que la gran mayoría no logra ver debido a la rutina de sus días y de los lugares de los que cada cual proviene. Ni las guías ni los consejos son tan importantes para atravesar esta ruta y librarse de ellas es también un paso que hay que dar y forma parte de nuestro trabajo.
El Camino es único como la vida de cada uno y lo mínimo que podemos hacer es intentar agradar a cada persona que encontramos en nuestro Camino y dejar guardado cada minuto en nuestra memoria y en nuestra historia.
A quienes nos acompañaron durante todo este tiempo, gracias de todo corazón porque ustedes comprendieron nuestro trabajo y nuestro modo de ser.
Acacio & Orietta
¡Cómo es el tiempo! ¡Vuela, corre o simplemente no existe!
Estamos completando diez años en el Camino que hoy puedo asegurar que son nuestra vida.
Orietta y yo vamos abriendo cada día nuestra puerta y nuestro corazón a un mayor aprendizaje al mismo tiempo que nos descubrimos y nos conocemos mejor uno a otro.
Aún no conocemos la respuesta a si fuimos nosotros quienes elegimos este sitio o si el Camino nos eligió a nosotros y nos invitó a vivir en este sitio sagrado.
No podemos hacer otra cosa mejor que dar gracias por estos encuentros y las formas entre las personas que llegan hasta aquí, se quedan y después parten hacia su destino de Camino.
Nos sentimos libres y conscientes de que hacemos lo más acertado y la entrega forma parte del contacto con la Divinidad que nos acompaña en estos encuentros, conviviendo con nuestros errores y aciertos.
Nos alegra mucho recibir un E-mail o una carta y vienen a confirmar nuestros actos y nuestras acciones. También las críticas, consejos o un mensaje recibido de un peregrino, que sin saberlo deja entre nosotros el mensaje que se precisa para cada momento de comprensión.
No es una tarea tan fácil como pudiera parecer o tan importante como piensa la mayoría. Intentamos día tras día estar felices y abiertos a quien deciden llegar y quedarse durante unos días o unas horas a nuestro lado.
Formamos parte de los kilómetros que son recorridos y tampoco deseamos ser la meta de nadie. Somos una etapa en la que se puede descansar y orar y descansar del estrés propio del Camino.
Pretendemos dar facilidades a cada uno sin tener cualquier otra intención y nos sentimos bien de tener esa función: Entre otras, con nuestra experiencia en los caminos enseñamos lo que la gran mayoría no logra ver debido a la rutina de sus días y de los lugares de los que cada cual proviene. Ni las guías ni los consejos son tan importantes para atravesar esta ruta y librarse de ellas es también un paso que hay que dar y forma parte de nuestro trabajo.
El Camino es único como la vida de cada uno y lo mínimo que podemos hacer es intentar agradar a cada persona que encontramos en nuestro Camino y dejar guardado cada minuto en nuestra memoria y en nuestra historia.
A quienes nos acompañaron durante todo este tiempo, gracias de todo corazón porque ustedes comprendieron nuestro trabajo y nuestro modo de ser.
Acacio & Orietta
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