domingo, 9 de agosto de 2009

Albergues del Camino

La avalancha de peregrinos abarrota los albergues del Camino
Santiago.- El fenómeno jacobeo sigue batiendo récords, y si en 2008 llegaron a Compostela 125.141 peregrinos, a estas alturas de año el Arzobispado ya ha expedido más de 74.300 compostelas, lo que supone un 14 por ciento más que el año anterior.
Estas fechas, en pleno periodo estival son, además, las más concurridas. Julio fue espectacular. Se entregaron 26.194 certificados (seis mil más que el año pasado en la misma fecha), y ahora, en agosto, todos los hospitaleros consultados coinciden en señalar que hay una auténtica avalancha de caminantes en la Ruta jacobea, especialmente en el Camino Francés.
Además, en el trayecto de Sarria a Santiago es muy complicado hallar dónde dormir. En el albergue de Palas de Rei comentan que "debe de haber más de mil peregrinos en Palas de Rei". Este establecimiento, de 60 camas, se llena todos los días, pero también ocurre lo mismo con el de Os Chacotes, que está a la entrada del pueblo y tiene 112 camas. También están a tope las pensiones, el albergue privado que hay en la zona y hasta el polideportivo, edificio que tuvieron que habilitar para dar cabida a los caminantes.
Otros albergues, como los de Barbadelo o Melide, también señalan que "día a día esto se llena hasta los topes". Algunos peregrinos, para encontrar sitio en el que pasar la noche se ven obligados a realizar un esfuerzo mayor y andar más kilómetros de los que tenían previsto.
Otros abandonan, como una peregrina alemana de 28 años que se llama Jenny. Esta joven, profesora de inglés y alemán, decidió hacer la Ruta después de vivir un año extenuante de problemas. Deseaba comprometerse en esta aventura, caminar y restablecerse. "Desgraciadamente fui peregrina sólo durante dos días. Y la razón principal es que hay demasiada gente; no hay sitio para todos", comenta.
Según Jenny, cada mañana se produce una especie de competición para conseguir plaza en los albergues. "Tienes que levantarte a las cuatro de la madrugada y esperar hasta las once de la mañana para comprobar, una vez más, que el albergue está completo y es imposible optar a una cama", explica Jenny. "Todos los albergues públicos desde Portomarín hasta Palas de Rei, unos doce, estaban completos".
Jenny también estaba sorprendida con la clase de personas "denominadas peregrinos con los que me encontré", dice. Y es que "había gente con pequeñas bolsas o mochilas a quienes les transportan el resto de sus cosas en coche o incluso en taxi", confiesa. "No les juzgo, pero por culpa de este tipo de peregrinos, los auténticos no consiguen cama en la que dormir".
Se calcula que en el trayecto que une Sarria con Santiago, lo que supone cuatro etapas del Camino y unos 113 kilómetros, sólo hay 35 albergues y en una de las etapas tan sólo cinco.
Las dudas surgen ahora ante el próximo Año Santo. Por lo que se ha visto en julio y estos días de agosto, parece que la red de albergues que cubren el Camino Francés no es suficiente para cubrir la demanda. Los pueblos en los que rematan las etapas de la Ruta se ven obligados a habilitar colegios o polideportivos y, aún así, muchos peregrinos se encuentran sin cama.
Los hospitaleros no se ponen de acuerdo. Desde Barbadelo comentan que "esta llegada masiva de peregrinos siempre se da en julio y agosto, pero el resto del año sobra capacidad". Aunque desde aquí también se opina que "de cara al próximo año debería haber alguna cama más".
En Palas explican que los meses de verano las familias cogen vacaciones y, con niños pequeños incluidos, se echan al Camino. "Nuestro albergue no se renueva desde 1993 y el rumor es que se cerrará en diciembre para hacer algunos cambios”, señalan. Por otro lado, "a mí me gusta mucho que vengan los peregrinos, y me da pena que estén por ahí tirados, pero si son muchos... tampoco puedes hacer tantos albergues como peregrinos", comentan en Palas.
En la mayoría de establecimientos consultados se considera, además, que la red de albergues de Galicia y el servicio que se les da a los peregrinos "es muy bueno" . Los albergues públicos, que dependen de la Xunta, cobran 3 euros a cada peregrino por su alojamiento. A cambio les ofrecen cama y, en la mayoría de ellos, un servicio de cocina, lavadora y secadora
·· En la Oficina del Peregrino también están exhaustos de certificar tantas compostelas. El jueves "hemos dado más de mil", dicen. Estos días se están batiendo todos los récords.

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