Muchos peregrinos evitan ya el abrazo al Apóstol por la Gripe A
Santiago.- Colas kilométricas que dan la vuelta a la nave de la Catedral con un único objetivo, abrazar y besar al Apóstol Santiago. Esta imagen se repite día tras día en la basílica compostelana. Ayer mismo numerosos peregrinos y feligreses esperaban su turno para poder cumplir con este ritual.
Sin embargo, quizás esta escena podría dejar de verse muy pronto en la Catedral, ya que la sombra de la Gripe A planea sobre el templo santiagués. En la cola algunos peregrinos ya se planteaban si era conveniente o no besar la capa del Apóstol.
Así, el portavoz del Cabildo de la Catedral, José Fernández Lago, confirmó a que en la reunión del mes de septiembre "habrá que tratar este asunto y decidir si se prohíbe besar y abrazar al Apóstol". Incluso el deán de la Catedral, José María Díaz, reconoció ayer a este diario que mañana anunciarán si toman o no alguna medida de precaución.
Fernández Lago se mostró muy preocupado por este asunto. "No es para tomárselo a broma". De hecho, el portavoz del Cabildo, que es el capellán del convento de San Paio de Antealtares, ya ha tomado las primeras medidas en esta iglesia. "Desde hace unas semanas les he pedido a los feligreses que no beban del cáliz y que reciban la comunión en la mano en vez de en la boca".
El capellán también les ha recomendado a sus fieles que a la hora de dar la paz "sustituyan el típico beso o apretón de manos por una inclinación de cabeza". Según Fernández Lago, estas son las indicaciones que la Conferencia Episcopal Portuguesa está dando a sus párrocos, aunque por ahora su homóloga española no ha efectuado ninguna recomendación a las diócesis sobre la prevención de la gripe A.
De todas formas, el portavoz del Cabildo sí ha recomendado, a título personal, a algunos clérigos compostelanos que sigan estas instrucciones. "En este tipo de cosas es mejor adelantarse. Son unas medidas lógicas para este tipo de situación".
Aunque en Compostela todavía se lo están pensando, hay otros puntos de España, en donde lo tienen muy claro. Por esta razón ayer en Toledo se rompió una tradición de más de cuatro siglos de historia y en el día de la fiesta de la patrona, la Virgen del Sagrario, los toledanos no pudieron beber del pitorro de los 67 botijos con agua de una fuente a la que se le atribuyen propiedades curativas, porque el Arzobispado de Toledo decidió prohibir esta práctica, debido al temor ante el contagio del H1N1. Tampoco se ha permitido a los devotos besar el manto de la Virgen, ni su medalla, como medida de precaución.
El caso de Toledo es el primero en el que la Iglesia española ha tomado medidas ante la pandemia, que en el territorio nacional ya se ha cobrado la vida de más de una decena de personas. Quizás ahora Santiago se convierta en el segundo en aplicar un protocolo de prevención, sobre todo teniendo en cuenta el gran número de peregrinos procedentes de todo el mundo que pasan a diario por la Catedral. Además, el año que viene la aglomeración de peregrinos va a ser mucho mayor debido al Año Santo.
Durante las primeras semanas del virus, en México se suspendieron todas las misas, para evitar más contagios. En casi toda Sudamérica y en algunos países de África se han suprimido tanto el rito de la paz como la comunión en la boca, dando la razón a la campaña lanzada por los médicos madrileños, que pide que se eviten besos y abrazos. Incluso en el Vaticano está en alerta, y en permanente comunicación con las autoridades sanitarias, para afrontar los riesgos de la pandemia, especialmente en otoño. De hecho, el director de Sanidad de la Santa Sede, Giovanni Rocchi, anunció que se vacunará a toda la curia, incluido el Papa. Tampoco descartan suspender actos de masas .
El Ministerio de Sanidad pretende promover entre la ciudadanía una serie de medidas a tener en cuenta para prevenir el contagio, como taparse la boca y la nariz con un pañuelo al estornudar y tirar el pañuelo a una papelera; lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón; o usar los servicios de salud con responsabilidad.
El folleto informativo sobre las formas de prevenir el contagio incluye la recomendación de "evitar los besos y el contacto muy cercano" con otras personas. Jiménez explicó que se trata de una medida "de sentido común" y se preguntó quién no ha dicho alguna vez, estando con gripe común, "no me des un beso que tengo gripe".
Sin embargo, quizás esta escena podría dejar de verse muy pronto en la Catedral, ya que la sombra de la Gripe A planea sobre el templo santiagués. En la cola algunos peregrinos ya se planteaban si era conveniente o no besar la capa del Apóstol.
Así, el portavoz del Cabildo de la Catedral, José Fernández Lago, confirmó a que en la reunión del mes de septiembre "habrá que tratar este asunto y decidir si se prohíbe besar y abrazar al Apóstol". Incluso el deán de la Catedral, José María Díaz, reconoció ayer a este diario que mañana anunciarán si toman o no alguna medida de precaución.
Fernández Lago se mostró muy preocupado por este asunto. "No es para tomárselo a broma". De hecho, el portavoz del Cabildo, que es el capellán del convento de San Paio de Antealtares, ya ha tomado las primeras medidas en esta iglesia. "Desde hace unas semanas les he pedido a los feligreses que no beban del cáliz y que reciban la comunión en la mano en vez de en la boca".
El capellán también les ha recomendado a sus fieles que a la hora de dar la paz "sustituyan el típico beso o apretón de manos por una inclinación de cabeza". Según Fernández Lago, estas son las indicaciones que la Conferencia Episcopal Portuguesa está dando a sus párrocos, aunque por ahora su homóloga española no ha efectuado ninguna recomendación a las diócesis sobre la prevención de la gripe A.
De todas formas, el portavoz del Cabildo sí ha recomendado, a título personal, a algunos clérigos compostelanos que sigan estas instrucciones. "En este tipo de cosas es mejor adelantarse. Son unas medidas lógicas para este tipo de situación".
Aunque en Compostela todavía se lo están pensando, hay otros puntos de España, en donde lo tienen muy claro. Por esta razón ayer en Toledo se rompió una tradición de más de cuatro siglos de historia y en el día de la fiesta de la patrona, la Virgen del Sagrario, los toledanos no pudieron beber del pitorro de los 67 botijos con agua de una fuente a la que se le atribuyen propiedades curativas, porque el Arzobispado de Toledo decidió prohibir esta práctica, debido al temor ante el contagio del H1N1. Tampoco se ha permitido a los devotos besar el manto de la Virgen, ni su medalla, como medida de precaución.
El caso de Toledo es el primero en el que la Iglesia española ha tomado medidas ante la pandemia, que en el territorio nacional ya se ha cobrado la vida de más de una decena de personas. Quizás ahora Santiago se convierta en el segundo en aplicar un protocolo de prevención, sobre todo teniendo en cuenta el gran número de peregrinos procedentes de todo el mundo que pasan a diario por la Catedral. Además, el año que viene la aglomeración de peregrinos va a ser mucho mayor debido al Año Santo.
Durante las primeras semanas del virus, en México se suspendieron todas las misas, para evitar más contagios. En casi toda Sudamérica y en algunos países de África se han suprimido tanto el rito de la paz como la comunión en la boca, dando la razón a la campaña lanzada por los médicos madrileños, que pide que se eviten besos y abrazos. Incluso en el Vaticano está en alerta, y en permanente comunicación con las autoridades sanitarias, para afrontar los riesgos de la pandemia, especialmente en otoño. De hecho, el director de Sanidad de la Santa Sede, Giovanni Rocchi, anunció que se vacunará a toda la curia, incluido el Papa. Tampoco descartan suspender actos de masas .
El Ministerio de Sanidad pretende promover entre la ciudadanía una serie de medidas a tener en cuenta para prevenir el contagio, como taparse la boca y la nariz con un pañuelo al estornudar y tirar el pañuelo a una papelera; lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón; o usar los servicios de salud con responsabilidad.
El folleto informativo sobre las formas de prevenir el contagio incluye la recomendación de "evitar los besos y el contacto muy cercano" con otras personas. Jiménez explicó que se trata de una medida "de sentido común" y se preguntó quién no ha dicho alguna vez, estando con gripe común, "no me des un beso que tengo gripe".
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