«Las amistades que se hacen en el Camino son para toda la vida»
Miguel Perles dice guardar muy buenos recuerdos de su paso por Guipuzcoa en su ruta hacia Santiago, y afirma que el Camino le ha hecho apreciar más lo apasionante que puede ser su profesión, la Historia del Arte.
-¿Qué es un peregrino?
-Un peregrino es un buscador; un buscador de caminos, un buscador de lugares, un buscador de experiencias, un buscador de sí mismo... Aunque, como diría Jorge Bucay, «un buscador es alguien que busca, no necesariamente alguien que encuentra». Los motivos que mueven a las personas a ponerse en camino son tan diferentes como los peregrinos que lo recorren.
-¿Cuál es tu experiencia?
-Se remonta al verano del 2000, mi verano de 3º de BUP, cuando debería haber hecho el camino con Xaire, el grupo de fe de mi colegio El Pilar, allá en Valencia. Tuve un accidente con mi bici apenas unos días antes de comenzar el Camino y me pasé todo el verano escayolado. El verano siguiente me afeité el pelo al cero y vine a San Sebastián. Después de pasar unos días en esa increíble ciudad emprendí mi camino.
-¿Es habitual que los peregrinos escriban diarios como el tuyo?
-La verdad es que normalmente en el Camino la mayoría de gente va con su cuaderno escribiendo todo aquello que le ocurre, aquello que siente, aquello con lo que se encuentra.
- ¿Qué tipo de gente se conoce durante el viaje?
-Todo tipo de gente, desde el ancianito que lleva meses caminando, hasta el grupo de amigos, los peregrinos que van en solitario, en pareja, los que van caminando, los que van en bicicleta... Las amistades que se hacen en el Camino, normalmente son amistades para toda la vida. Lo que se ha compartido con esa gente es algo muy muy intenso, se acaban creando una especie de lazos familiares muy fuertes.
-¿Cómo debe ir equipado un peregrino?
-Mi concepto de peregrino es el de una persona que opta por la sencillez, por la austeridad (por lo menos durante su peregrinación), por la humildad. Debe llevar lo mínimo, por comodidad, a la hora de cargar la mochila, sobre todo para aprender con qué pocas cosas se puede vivir. Apenas algo de ropa, el saco de dormir, la linterna, la bolsa de aseo, la libreta y el lápiz. Yo no soy muy partidario de llevar guía, sobre todo en caminos perfectamente marcados como el Francés, donde es prácticamente imposible perderse
-¿Tienes alguna anécdota curiosa?
-Al subir desde Zegama hacia el túnel de San Adrián, ya para cruzar hacia Álava y después de perderme alguna que otra vez, me encontré entre la espesa niebla a unas enormes vacas. Creo que fue una de las veces que más miedo pasé, nunca había visto una vaca tan de cerca. Mejor dicho, nunca hasta el momento había visto una vaca de carne y hueso.
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