miércoles, 5 de agosto de 2009

Camino de papel

Manuel Sánchez Dalama: ´El Camino ayuda a quitarse el código de barras que nos han impuesto´
Santiago.- En los albores de la Revolución cubana un conocido músico, agobiado por los fulminantes cambios políticos y sociales, decide escapar del país dejando atrás a su esposa e hijo. El escritor cubano afincado en Vigo Manuel Sánchez Dalama retrata en la novela Hasta el fin del mundo. Del centro de Cuba a Finisterre una historia en la que la ficción le echa un pulso a la realidad. El autor retrata una Galicia soñada en la que la tragedia se viste de comedia para pasearse ante los ojos del lector.

-¿Cómo nace una novela tan autobiográfica como Hasta el fin del mundo?
-Tenía claro que quería hacer una historia sobre el resentimiento y las relaciones entre padres e hijos que les conduce al divorcio. El marco en la que la situó tiene como telón de fondo la revolución cubana y las ganas de cambiar de vida. No es mi vida la que retrato, aunque hay muchas partes de mi vida y de gente que es real.
-Los personajes parecen arquetipos.
-La verdad es que sí. Está el hedonista, el avaro y el ambicioso. Hay personajes como un sacerdote que ha perdido la fe que muestran la naturaleza humana que yo percibo en la sociedad. El libro habla de inmigración, pero siempre buscando que el lector se apiade del relato y que tenga ganas de reír con lo que cuento.
-¿Han surgido malentendidos al ser un libro tan personal?
-Un de mis primas me dijo: "Yo no sabía que tu esposa te había puesto los cuernos". (Risas).
-En su blog afirma que no tenía intención de escribir sobre Cuba tras su exilio.
-Al principio quería olvidar pero luego pensé en aquellos libros que tenía escritos en Cuba y que tuve que quemar porque podían ser usados en mi contra. Llegué muy saturado de allí, quería escribir exclusivamente de Galicia pero la historia apareció.
-¿Cómo introduce en la novela el significado tan renovador del Camino de Santiago?
-El Camino te cambia si quieres que te cambie. Es capaz de cambiarte si tienes la madurez para que sea posible. En mi experiencia coincidí con grupos de franceses que iban a emborracharse y sólo los veías en los restaurantes. Creo que el Camino es una forma de quitarte de la cabeza el código de barras en el que nos han impuesto.
-¿Su peregrinación desde Santa Clara hasta Vigo está motivada por la vivencia o por la supervivencia?
-Está motivada por la casualidad. Mis planes estaban entre Madrid o Málaga pero la providencia me trajo hasta aquí. Yo escuché hablar a los amigos de mi padre durante 50 años de Galicia. Para mí Galicia era como un mundo de fábula y al hacerse uno expectativas suelen producirse engaños. Por el contrario yo descubrí que Galicia era mucho más de lo que había soñado.
-¿Ha logrado en España dedicarse exclusivamente a la escritura?
-Hago trabajos en periodismo porque saqué la carrera con 40 años. Escribir es algo que hago por necesidad y esa necesidad no tiene como trasfondo un beneficio económico.

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