El prodigioso relato en piedra de Santa María la Real
Pamplona.- ¿Imaginaban los artífices de la portada de Santa María la Real de Sangüesa que 900 años después seguiría mostrando su esplendor casi intacto? Quién sabe. Uno de los mejores ejemplos del virtuosismo románico hace gala, desde finales de marzo, de una rehabilitación que ha sido muy laboriosa y que ha arrojado un resultado muy satisfactorio.
Es la portada tardorrománica más antigua de Navarra, y una de las más antiguas de España.
Además e la primera en la que se aprecian influencias del gótico, como el uso del arco apuntado o las estatuas-columna, y por eso los franceses le dan tanta importancia. Y es innovadora en su temática, habla del Juicio Final y ofrece un mensaje moralizante sobre hacer el bien y evitar el mal.
La restauración ha permitido frenar el avance del tiempo y consolidar lo ya establecido", apunta la doctora en Historia Clara Fernández-Ladreda, experta que explica más abajo los diferentes detalles de la portada.
La fachada meridional del templo sangüesino se configura como un apasionante relato moralizante y pedagógico para los peregrinos del Camino de Santiago y los paseantes de finales del siglo XII, y tras la restauración se puede apreciar con más detalle libre de la huella del tiempo y de las aves.
Como señala Alicia Ancho Villanueva, técnico superior restauradora de la Sección de Bienes muebles y Registro del Patrimonio del Gobierno de Navarra, los primeros estudios para restaurar la portada románica se remontan a junio de 2003.
La Escuela de Minas de Madrid, Construcciones Aranguren, Petra, In Situ o la Universidad Complutense de Madrid son las instituciones y empresas que han aportado sus conocimientos en el proceso rehabilitador.
Buceando en la documentación sangüesina, pudieron comprobar cómo en 1870 se envió una carta a la reina Isabel para pedirle que incorporasen a la fachada un tejadillo que protegiese la portada. La petición sigue vigente, ya que "la piedra de Sangüesa tiene un gran componente de arcillas que con la humedad y el hielo revientan, por eso queremos instalar una cubierta para la portada", comenta Ancho, y se instalará en otoño.
Los técnicos trabajaron sobre una ortofoto (un mapa) en la que señalaron los daños y patologías existentes para plantear soluciones. Durante la investigación se ha descubierto que en la portada hay hasta nueve capas de color diferente: los fieles que contemplaban hace siglos Santa María la Real veían unas tonalidades muy vivas de naranjas y azules, que difieren mucho de la idea que se tiene hoy día de la fachada de un templo religioso.
Se realizó un mapa de correspondencia de policromías que ha servido para proyectar con luz cómo era el colorido de la portada, el mismo proceso que se siguió en la restauración de la catedral de Chartres. También se ha podido comprobar cómo los excrementos de paloma habían deteriorado las dos cornisas superiores de la fachada, por lo que se solicitó a la Escuela de Cantería de Olite reproducirlas con una ligera vertiente para que no se acumule el agua. Asimismo, se ha instalado un sistema antipalomas, el mismo que ya tiene el monasterio de la Oliva.
La consolidación y fijación de la piedra y la retirada del cemento para sustituirlo por mortero de cal han sido los principales obstáculos que han surgido a lo largo del proceso rehabilitador.
Para Alicia Ancho, "lo más satisfactorio es que conocemos la iglesia muchísimo mejor; se consideraba importante, pero con lo bien que se han conservado las policromías se demuestra que la han querido y cuidado mucho con el paso del tiempo. Saber que la han apreciado es muy satisfactorio, y los especialistas nos darán más datos y alegrías durante un tiempo". La maestría de los dos talleres que ejecutaron cada detalle de la portada se puede contemplar, mejor que nunca, para atestiguar el valor de esta cuidada narración en piedra.
Es la portada tardorrománica más antigua de Navarra, y una de las más antiguas de España.
Además e la primera en la que se aprecian influencias del gótico, como el uso del arco apuntado o las estatuas-columna, y por eso los franceses le dan tanta importancia. Y es innovadora en su temática, habla del Juicio Final y ofrece un mensaje moralizante sobre hacer el bien y evitar el mal.
La restauración ha permitido frenar el avance del tiempo y consolidar lo ya establecido", apunta la doctora en Historia Clara Fernández-Ladreda, experta que explica más abajo los diferentes detalles de la portada.
La fachada meridional del templo sangüesino se configura como un apasionante relato moralizante y pedagógico para los peregrinos del Camino de Santiago y los paseantes de finales del siglo XII, y tras la restauración se puede apreciar con más detalle libre de la huella del tiempo y de las aves.
Como señala Alicia Ancho Villanueva, técnico superior restauradora de la Sección de Bienes muebles y Registro del Patrimonio del Gobierno de Navarra, los primeros estudios para restaurar la portada románica se remontan a junio de 2003.
La Escuela de Minas de Madrid, Construcciones Aranguren, Petra, In Situ o la Universidad Complutense de Madrid son las instituciones y empresas que han aportado sus conocimientos en el proceso rehabilitador.
Buceando en la documentación sangüesina, pudieron comprobar cómo en 1870 se envió una carta a la reina Isabel para pedirle que incorporasen a la fachada un tejadillo que protegiese la portada. La petición sigue vigente, ya que "la piedra de Sangüesa tiene un gran componente de arcillas que con la humedad y el hielo revientan, por eso queremos instalar una cubierta para la portada", comenta Ancho, y se instalará en otoño.
Los técnicos trabajaron sobre una ortofoto (un mapa) en la que señalaron los daños y patologías existentes para plantear soluciones. Durante la investigación se ha descubierto que en la portada hay hasta nueve capas de color diferente: los fieles que contemplaban hace siglos Santa María la Real veían unas tonalidades muy vivas de naranjas y azules, que difieren mucho de la idea que se tiene hoy día de la fachada de un templo religioso.
Se realizó un mapa de correspondencia de policromías que ha servido para proyectar con luz cómo era el colorido de la portada, el mismo proceso que se siguió en la restauración de la catedral de Chartres. También se ha podido comprobar cómo los excrementos de paloma habían deteriorado las dos cornisas superiores de la fachada, por lo que se solicitó a la Escuela de Cantería de Olite reproducirlas con una ligera vertiente para que no se acumule el agua. Asimismo, se ha instalado un sistema antipalomas, el mismo que ya tiene el monasterio de la Oliva.
La consolidación y fijación de la piedra y la retirada del cemento para sustituirlo por mortero de cal han sido los principales obstáculos que han surgido a lo largo del proceso rehabilitador.
Para Alicia Ancho, "lo más satisfactorio es que conocemos la iglesia muchísimo mejor; se consideraba importante, pero con lo bien que se han conservado las policromías se demuestra que la han querido y cuidado mucho con el paso del tiempo. Saber que la han apreciado es muy satisfactorio, y los especialistas nos darán más datos y alegrías durante un tiempo". La maestría de los dos talleres que ejecutaron cada detalle de la portada se puede contemplar, mejor que nunca, para atestiguar el valor de esta cuidada narración en piedra.
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