La Catedral Compostela limita el acceso en verano
Santiago.- Cada verano Santiago de Compostela se llena de turistas y peregrinos, que recorren sus calles, visitan la Catedral y rinden devoción al Apóstol. En pleno mes de agosto y en vísperas de Año Santo, largas filas se acumulan en torno al templo compostelano, esperando para entrar.
La razón es que el Arzobispado de Santiago ha decidido restringir el acceso a la catedral durante la Misa del Peregrino, para no interrumpir el culto y para evitar las grandes aglomeraciones en el templo. Así, dos guardias uniformados y una cinta de seguridad velan porque nadie pueda salir ni franquear las puertas de la catedral, diez minutos después de que comience la celebración de las 12 de la mañana.
El miedo a las multitudes del Arzobispado se comprende si echamos un vistazo a las estadísticas del primer cuatrimestre de 2009, en el que más de 13.000 peregrinos pisaron la piedra de la ciudad compostelana, un 9,6 por ciento más que en 2008. Este incremento se debe a la proximidad del Xacobeo 2010.
El aumento de estas cifras en verano provoca que los responsables de la catedral sólo adopten esta medida en época estival, ya que en invierno el número de visitantes es inferior. Por si fuera poco, a la cifra de peregrinos hay que sumar la multitud de turistas que deciden disfrutar de su tiempo libre en el municipio gallego.
La resolución de limitar las aglomeraciones en la iglesia compostelana es por motivos sanitarios y por el deseo de garantizar la seguridad entre sus muros. "Precisamente se cierra por razones sanitarias, y para evitar un aforo excesivo. Si hay alguna llamada de emergencia es necesario que los pasillos estén despejados para desalojar la Catedral y para que entre el personal sanitario", explica el deán de Santiago de Compostela, José María Díaz.
El Arzobispado garantiza además con esta medida, que no se moleste a los fieles devotos durante la celebración de la homilía, y contribuye a que haya fluidez en la templo santiagués en el momento de la comunión.
La razón es que el Arzobispado de Santiago ha decidido restringir el acceso a la catedral durante la Misa del Peregrino, para no interrumpir el culto y para evitar las grandes aglomeraciones en el templo. Así, dos guardias uniformados y una cinta de seguridad velan porque nadie pueda salir ni franquear las puertas de la catedral, diez minutos después de que comience la celebración de las 12 de la mañana.
El miedo a las multitudes del Arzobispado se comprende si echamos un vistazo a las estadísticas del primer cuatrimestre de 2009, en el que más de 13.000 peregrinos pisaron la piedra de la ciudad compostelana, un 9,6 por ciento más que en 2008. Este incremento se debe a la proximidad del Xacobeo 2010.
El aumento de estas cifras en verano provoca que los responsables de la catedral sólo adopten esta medida en época estival, ya que en invierno el número de visitantes es inferior. Por si fuera poco, a la cifra de peregrinos hay que sumar la multitud de turistas que deciden disfrutar de su tiempo libre en el municipio gallego.
La resolución de limitar las aglomeraciones en la iglesia compostelana es por motivos sanitarios y por el deseo de garantizar la seguridad entre sus muros. "Precisamente se cierra por razones sanitarias, y para evitar un aforo excesivo. Si hay alguna llamada de emergencia es necesario que los pasillos estén despejados para desalojar la Catedral y para que entre el personal sanitario", explica el deán de Santiago de Compostela, José María Díaz.
El Arzobispado garantiza además con esta medida, que no se moleste a los fieles devotos durante la celebración de la homilía, y contribuye a que haya fluidez en la templo santiagués en el momento de la comunión.
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