Logroño se prepara para 2010
Logroño.- El 2010 será Año Jacobeo, un acontecimiento muy esperado y temido al mismo tiempo si no se sabe encauzar la cantidad de peregrinos. Todas las previsiones indican que la avalancha en el Camino de Santiago puede resultar positiva desde el punto de vista turístico, pero también negativa si no se gestiona debidamente.
«Morir de éxito» es una preocupación real desde que la ruta a Compostela se convirtió en moda multitudinaria.
Logroño, con un evidente problema de capacidad de acogida de peregrinos o de gestión de la misma, contempla este panorama con especial preocupación. Tanta que el Ayuntamiento está buscando soluciones para el año que viene, pero no para el actual, en el que las diarias aglomeraciones a las puertas del albergue municipal afean su imagen de ciudad jacobea y repercuten negativamente en su buena fama.
«Somos conscientes de que la situación este año es así», reconoció ayer Ángel Varea, concejal de Casco Antiguo.
En su opinión, la afluencia de caminantes debería estar cubierta con el albergue municipal (de 88 plazas), la parroquia de Santiago (que en ocasiones ha llegado a acoger hasta a 150 personas en la casa parroquial y la iglesia), pensiones particulares...
Otros años también se ha habilitado el polideportivo San Francisco, pero no esta vez, según Varea, porque la Asociación de Amigos del Camino de Santiago, que gestiona el albergue, «no lo ha solicitado». Además, el concejal anunció la próxima apertura de un albergue particular de unas 40 plazas en la plaza Martínez Flamarique.
Así las cosas, el Ayuntamiento no ve la necesidad de ampliar el albergue municipal, sino de «coordinar mejor la llegada de peregrinos» para que no se produzcan embotellamientos a sus puertas. Con esa intención, el Consistorio planea instalar durante el Jacobeo 2010 un punto de información en los edificios de fielato del Puente de Piedra, algo que ya se ha hecho otros años.
La idea consiste en recibir allí a los peregrinos y darles la información necesaria para que elijan entre el albergue municipal, el albergue religioso (Santiago) y el albergue privado, sin olvidar las pensiones como alternativa. «Con esta infraestructura debería ser suficiente», estima Varea.
Además de una nada despreciable fuente de ingresos (más de un millón de euros en la región en el Jacobeo 2004), el Camino de Santiago es un magnífico escaparate en el que Logroño y La Rioja no pueden permitirse perder su estatus de tierra de paso.
«Morir de éxito» es una preocupación real desde que la ruta a Compostela se convirtió en moda multitudinaria.
Logroño, con un evidente problema de capacidad de acogida de peregrinos o de gestión de la misma, contempla este panorama con especial preocupación. Tanta que el Ayuntamiento está buscando soluciones para el año que viene, pero no para el actual, en el que las diarias aglomeraciones a las puertas del albergue municipal afean su imagen de ciudad jacobea y repercuten negativamente en su buena fama.
«Somos conscientes de que la situación este año es así», reconoció ayer Ángel Varea, concejal de Casco Antiguo.
En su opinión, la afluencia de caminantes debería estar cubierta con el albergue municipal (de 88 plazas), la parroquia de Santiago (que en ocasiones ha llegado a acoger hasta a 150 personas en la casa parroquial y la iglesia), pensiones particulares...
Otros años también se ha habilitado el polideportivo San Francisco, pero no esta vez, según Varea, porque la Asociación de Amigos del Camino de Santiago, que gestiona el albergue, «no lo ha solicitado». Además, el concejal anunció la próxima apertura de un albergue particular de unas 40 plazas en la plaza Martínez Flamarique.
Así las cosas, el Ayuntamiento no ve la necesidad de ampliar el albergue municipal, sino de «coordinar mejor la llegada de peregrinos» para que no se produzcan embotellamientos a sus puertas. Con esa intención, el Consistorio planea instalar durante el Jacobeo 2010 un punto de información en los edificios de fielato del Puente de Piedra, algo que ya se ha hecho otros años.
La idea consiste en recibir allí a los peregrinos y darles la información necesaria para que elijan entre el albergue municipal, el albergue religioso (Santiago) y el albergue privado, sin olvidar las pensiones como alternativa. «Con esta infraestructura debería ser suficiente», estima Varea.
Además de una nada despreciable fuente de ingresos (más de un millón de euros en la región en el Jacobeo 2004), el Camino de Santiago es un magnífico escaparate en el que Logroño y La Rioja no pueden permitirse perder su estatus de tierra de paso.
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